Se olvidaron del derecho a vivir

El siglo XXI es espléndido;
nunca había existido tanta libertad.
Las masas viven tranquilas en sus moradas
porque sobran guardianes que velan por nosotros.

Libertad de prensa y de expresión garantizadas;
libertad de comercio y de culto garantizada;
libertad de manifestación garantizada;
libertad de partidos políticos garantizada;
elecciones libres garantizadas;
democracia a manos llenas y derechos humanos
totalmente garantizados.

Así nos dicen desde el jardín,
allí desde lo alto de una torre amurallada y fortificada;
lo gritan desde sus altavoces,
prensa radial, escrita, televisada,
desde la Internet y sus oeneges
para que los escuchemos, lo estudiemos en nuestras universidades, lo reproduzcamos en nuestros medios y lo aceptemos sin peros en nuestras moradas;
en nuestros oscuros rincones de la selva y el desierto del sur global.

En resumen,
desde que nacemos nos bombardean continuamente conque el sistema
garantiza para todos
estos bienes de consumo que le han hecho llamar en el Gran Mercado Fetiche Burgués
libertad de:
Prensa
Expresión
Comercio
Culto
Manifestación
Partidos politicos
Elecciones libres
Democracia
Derechos humanos.

El siglo XXI es espléndido
nunca había existido tanta libertad.
Cuando las primeras bombas cayeron
en la Franja
la gente no se dio cuenta;
las masas duermen tranquilas en su morada de noche y de día;
porque sobran guardianes que velan por nosotros.
Nunca había existido tanta libertad;
lluvia de metralla esparciendo la muerte fascista en Gaza y la gente consumiendo libertad de bajo costo cual si fuese comida chatarra.
Prensa, expresión, comercio, culto, manifestación, partidos políticos, elecciones libres, democracia, libertad, democracia, libertad, democracia, libertad.
Democracia, libertad y derechos humanos.

Pero las bombas siguieron arrancando vidas
en la Franja de Gaza,
sumando centenas, miles, decenas de miles de muertos.
Mientras nuestros guardianes siguen gritando su discurso desde su torre en el jardín,
y sus empresas nos venden el fetiche burgués
de la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Las mismas empresas que visten al fascismo y llenan de sangre el caudal de los pueblos produciendo artículos para masacrar en masa.

Y llegó la crisis sistémica de superproducción ideológica hueca
en medio del genocidio contra el pueblo
palestino.
Imágenes, frases, discursos, ideas, conceptos, verbos…
Palabras cada vez más vacías
en medio del genocidio.

Las masas se conectan a la realidad del siglo XXI
y aprenden mientras las bombas exterminan al pueblo inocente
que la libertad de prensa es la de la empresa que posee dicho medio;
que la libertad de expresión es la libertad del sistema de aplastar la expresión de las mayorías;
que la libertad de comercio acepta plácidamente el bloqueo genocida de EUA contra Cuba y anula la libre competencia ante una China imparable,
que la libertad de culto cultiva la apología del sistema,
que la libertad de manifestación sólo existe para la oligarquía que tiene el derecho de manifestarse con carros lanza aguas, gases lacrimógenos, balas de goma y de plomo; asesinando democráticamente a sus ciudadanos de última categoría,
que los partidos políticos y las elecciones son libremente convertibles a la divisa del mejor postor del sistema y que sólo don dinero será elegido para defender la democracia y los derechos humanos de una oligarquía global, fascista, totalitaria, “libertaria” (y el payaso títere de turno tercermundista grita ¡Viva la libertad carajo!) y neoliberal…

El siglo XXI es espléndido
nunca había existido tanta libertad para vender en el mercado.
Todas las libertades con valor de uso  dentro de la plusvalía política son codiciadas por la oligarquías, sus agentes, lacayos y guardianes para la manipulación de las masas.
Pero en el afán del lucro y apetito voraz de maximizar la ganancia a cualquier precio,
aún a costa de decenas de miles de seres humanos se olvidaron del principal derecho que tiene el ser humano.
Se olvidaron del derecho a vivir
del pueblo palestino,
y ese olvido les costó caro.
Las masas ya no están tranquilas ni creen en los falsos guardianes.

Ahora sólo sueño en destruir la torre.
Revolución social.
Y quiero que mi sueño se esparza por el mundo,
que el fantasma no solo recorra a Europa.
Revolución social.

El siglo XXI es espléndido;
nunca había existido tanta libertad;
mientras las bombas caían en la Franja de Gaza
yo me despertaba y transformaba al mundo;
barriendo a los guardianes y sus falsas mercancías,
para alcanzar por fin la verdadera libertad.
Revolución social.

Los pueblos tienen el derecho a vivir en paz.

¡Socialismo o barbarie!

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